El Edén en el Nuevo Mundo según Pinelo

Antonio de León Pinelo. El Paraiso en el Nuevo Mundo, Comentario Apologético, Historia Natural y Peregrina de las Yndias Occidentales, Yslas y tierra firme del mar océano. s. XVIII (1779). Descripción: 2 vols.: papel ; 300x205 mm. Enc. s. XVIII, en pasta tachonada. Lomera de cinco nervios con paletas de cordón dorado ; entrenervios con casetones de filete dorado, decorados con pequeños hierros vegetales y florones de flor con tallo ; tej. “PARAISO / EN EL NUEV / MUNDO” ; “TOMO I.”. Cantos dorados ; cortes rojos. Ex libris real de la época de Fernando VII, con olim: VIII-K-3. Sello de papel moderno: "Nº 110. B. de Palacio".

Signatura: II/3015 (v. 1)

Procedencia: Secretaría de Gracia y Justicia de Indias, ingresando en 1807 en la Librería de Cámara.

Antonio de León Pinelo (1590-1660) pasó su infancia en Valladolid pero siendo mozo, en 1604, pasó a Indias. Vivió en Buenos aires, Tucumán, y en 1612 llegó a Lima, donde se formaría como letrado en ambos Derechos con gran brillantez, ofreciéndosele cátedra en el de Canónico. Luego sirvió como letrado asesorando a varios oficios reales en el Perú, pero quiso hacer carrera en la corte. Llegaría a Madrid en 1622, donde actuaría como abogado procurador de poderes locales americanos y de potentes particulares; se ocupó por ello de publicar memoriales de las peticiones que le habían encomendado.

Durante un extenso marco de tiempo fue asesor del Consejo de Indias dado su gran conocimiento indiano y logró plaza de relator en él, siendo su tarea principal recopilar el corpus legislativo indiano para elaborar una nueva Recopilación de Leyes de Indias, impulsada por su protector el conde de Castrillo, don García de Avellaneda y Haro, presidente del Consejo desde 1632, en una labor que le llevó como veinte años; más tarde obtuvo plaza de cosmógrafo mayor de Indias. Siendo buen polígrafo y bibliógrafo, ya estando en el Perú escribió una historia de Lima y con el paso de las décadas llegaría a ser cronista mayor de Indias, lo que obtuvo poco antes de morir, en 1658, pues en Madrid siguió activo en relación a la historia indiana.

El Paraíso del Nuevo Mundo o Comentario Apologético, Historia Natural y Peregrina, como también es llamado, y que se ha situado escrita en 1655/56 (constan estos años en las portadas de cada uno de los dos volúmenes), contribuye al reconocimiento del pasado colonial hispanoamericano ensalzando su carácter peculiar como maravilla de la Naturaleza. Curiosamente, la compuso poco antes de ser por fin cronista mayor. Contiene un mapa imaginario, de un territorio que no es existente, pues es el Edén, pero que según León Pinelo sólo podía estar situado en América del Sur. A este Edén se le desarrolla su orografía y sus ríos en este plano cartográfico. Este imaginario entronca con el que se tenía en la época medieval con la tradición de situar el Paraíso en zona terrestre, apoyado por ciertos detalles que se veían en América, como son los animales y piedras exóticas relacionadas con el jardín de Adán y Eva o la ingenuidad de los habitantes de dichas tierras, la cual la relacionaban con la inocencia previa al pecado propia de nativos americanos, pese a las tribus belicosas existentes y que preludia “el mito del buen salvaje” americano.

Es una obra muy singular pues no es historia ni comentario, mezclándose ficción supuesta con realidad relatada. Expresa explícitamente en la obra que su deseo es investigar el sitio que emplaza el Edén. Asimismo, ofrece datos sobre el clima y un dibujo de su localización exacta. El manuscrito funciona como un argumento espiritual y material justificante de las posesiones españolas y tiene su contexto creativo en dos realidades vitales suyas muy fuertes, su ser americano pese a nacer en Castilla pero también su aguda religiosidad católica, siendo gran mariólogo, por lo que la visión de lo material indiano va unido a su percepción espiritual. En 1961 hubo una aproximación de estudio a esta perspectiva (Arciniega), y ha habido otras aportaciones al respecto, como la de Gisbert en 1996, sobre la situación del Paraíso en los Andes según Pinelo.

El manuscrito palatino es copia de 1779 por real orden, según los originales que estaban en la Casa de la Contratación pues en la época en que compone la obra Pinelo fue oidor de la Casa. La transcripción se quiso fuera rigurosa pero hubo palabras ilegibles, como se indica en las advertencias de ambos volúmenes, y que asimismo parecían faltar mapas aludidos en el texto pineliano, aunque había un dibujo de animal monstruoso. El traslado lo hizo José Sobrino Manjón, un oficial de la Casa de la Contratación, debiéndose la localización de los originales en la Casa a José Llano Zapata.

El volumen primero contiene tres libros con un total 48 capítulos. Todo el primer libro trata de atribuciones de localización física al Paraíso. El segundo de América antes del Diluvio, de la importancia de éste en el tránsito antiguo de un continente a otro y otras materias peculiares; la tercera mantiene un tanto esta línea pero aborda otras reales como el clima y la naturaleza de Indias y sus volcanes; el segundo volumen son dos libros, el IV y el V, con 40 capítulos en total. El libro cuarto opta más por la Historia Natural ya que trata de mares, lagos, ríos y lagunas americanas y de animales tanto reales como monstruosos, y asimismo de las amazonas. Pero prosigue con aspectos reales como las tipologías de árboles, de drogas, de minerales y piedras preciosas, tratando de las perlas y de la plata de Potosí, en fin, de riquezas materiales que hacen paradisíaca a las Indias. El último libro trata de grandes ríos como el Tigris, el Eufrates, el Nilo o el Ganges y luego del Amazonas, Orinoco, Marañón… haciendo comparación. En la obra hay una evolución discursiva de lo más sobrenatural a lo más natural, la hidrografía americana. Obra muy singular sin duda, con hábil mezcla textual de ficción y realidad.

El Paraíso en el Nuevo Mundo

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