El idioma de la provincia de Paez
Eugenio del Castillo, Ydioma de la provincia de Paez. s. XVIII (1788). Descripción:[2] h.+9 f.+[3] h. : papel ; 210x149 mm. Enc. del s. XIX en pasta de árbol. En planos, rueda dorada de meandros. Lomo de cinco nervios; entrenervios con casetones de doble filete dorado, decorados con pequeños hierros de estrellas y florones de granadas y flor con tallo del taller de Sancha; tejuelo de tafilete rojo: “LENG / PAEZ”. Cantos vegetales y contracantos de roleos dorados. Guardas de papel plegado español en verde, rosa y café. Sello moderno de la Real Biblioteca. Cortes rojos. Cinta de registro de seda azul. Exlibris en contratapa de Fernando VII: “VIII-K-3”. Olim: “II-H-9”
Signatura: II/2928
Procedencia: Colección Mutis, ingresada en 1789 en la Librería de Cámara
Eugenio del Castillo fue sacerdote, misionero y lexicógrafo colombiano. No tenemos muchos datos sobre él aparte que los que constan en sus obras. Pasó largos años en el valle del Cauca, en tierra colombiana denominada Tierradentro, teniendo contacto con los indígenas páez, aspecto que le ayudará a volcar su conocimiento sobre dicha población en su obra. Preocupado por la lingüística, era meticuloso y sabía de las limitaciones existentes, por ello al inicio del presente vocabulario advierte que no se le puede llamar “Arte”, como otras aportaciones llamadas “Arte de la lengua…”, pues el vocabulario ofrecido de esta lengua era una “escasez de voces”.
Pero pese a su humildad dejó reflejadas también ciertas costumbres de estos naturales de Nueva Granada, virreinato constituido como tal en 1717. Existe constancia de que este pueblo páez ya estaba a mediados del XVIII en proceso acelerado de castellanización, por lo que el escrito de Castillo no fue entonces de gran utilidad práctica pero sí para dejar constancia del vestigio de uso y existencia de esta lengua americana, que no obstante sigue siendo hablada por unas miles de personas y se le denomina “Nasa Yuwe”. En 1877 se publicó la obra junto con otro vocabulario castellano-páez. La intencionalidad de Castillo es etnográfica y recopilatoria en sentido de reflejo enciclopédico de prácticas de este pueblo, aunque como misionero que era se preocupó en su evangelización que usaran los nativos las palabras castellanas en lo religioso, frente a las de la anterior religión local.
El manuscrito, de 1788, forma parte de la colección de gramáticas y vocabularios de las lenguas de América que fueron encomendadas a Mutis, que se sirvió de recopiladores a pie de campo, como misioneros y otros. Aunque el origen del proyecto fue recopilar vocabularios y gramáticas americanas para un gran diccionario de lenguas de concepto ilustrado que impulso la emperatriz Catalina la Grande, el fin práctico fue servir para las misiones de fe entre esa población nativa. De hecho en el manuscrito viene el Padre Nuestro o los Diez Mandamientos. Se fecha en colofón en Mariquita en 19 de julio de 1788, tras insertarse un muy breve repertorio de voces murciélagas o huaque.