La Historia de Puerto Rico vista por un benedictino
Agustín Íñigo Abad y Lasierra (O.S.B.). Historia geográfica, civil y política de la isla de San Juan Bautista de Puerto Rico. s. XVIII. Descripción:[3] h. + 234 f. + [20] h. : papel ; 304x203 mm. Foliación moderna a lápiz; Enc. s. XVIII, en pasta tachonada. Lomera con seis nervios con paletas doradas y casetones de doble filete dorado con hierros dorados de motivos vegetales ; tej. de tafilete rojo: “HISTORIA / DE / PUERTOR”. Rueda dorada en cantos ; cortes rojos ; guardas de aguas. Ex libris real de la época de Fernando VII, con olim: IV-J-1. Olim: 2-K-4
Signatura: II/1482
Procedencia: Secretaría Gracia y Justicia de Indias, ingresando en 1807 en la Librería de Cámara
El destino del benedictino Agustín Iñigo Abad y Lasierra (1748-1813) le llevó a conocer de joven, siendo profesor en el monasterio de la Orden en Nájera, al asimismo benedictino fray Manuel Ximénez. Designado éste obispo de Puerto Rico le tomó por secretario particular y confesor en 1772 y se lo llevó a su sede americana, acompañándole hasta su muerte en 1783. Esto fue al origen de que este en autor se convirtiera en ser de los primeros en escribir las primeras obras sobre Puerto Rico. Trabó estrecho trato y conocimiento de la sociedad isleña en diversos ámbitos, describiendo bien su geografía y luego tratando de su economía y sociedad con detalle y riqueza de contenido. Tras regresar a España al morir su prelado, se graduó en Filosofía y Teología, fue abad perpetuo del monasterio de Besalú, en Gerona y potenció su propia carrera eclesiástica, siendo obispo de Barbastro, donde desarrolló labor muy intensa. En paralelo, conoció a Floridablanca en Madrid, pues antes de todo ello estuvo en el monasterio de san Martín en la capital, y le protegió, dando alas a su carrera. Influyó en ello el tener ideas regalistas y jansenistas. Pero nunca olvidó su experiencia americana, escribiendo no solo la obra que nos ocupa, aunque la más celebrada por la posteriedad y que fue impresa en Madrid en 1788, sino otras. En la publicación de 1788 igualmente fue decisivo el impulso y apoyo de Floridablanca.
Esas otras fueron, estando aún en Puerto Rico, una relación de su viaje y estancia, en 1781, y a los dos años, una Descripción histórico-geográfica de la California y sus costas, basada en testimonios de otros viajeros pues no estuvo en ella, y que se halla manuscrita en la RB (II/1480); además, redactó una Relación del descubrimiento, conquista [...] de La Florida (1785). Pero su gran obra es la relativa al Puerto Rico que tan profundamente conoció.
Nos aporta en la obra información sobre el descubrimiento y asentamiento en la isla, y los progresos de la vida local bajo el gobierno español, terminando ofreciendo datos de interés del propio siglo XVIII. Además, también estudia el clima, economía, la historia natural y geográfica y la población, en un compendio muy completo. Recopiló antes información sobre la Isla, exponiendo el carácter de ésta, además del gran contraste aún existente entre los criollos y los españoles. Abad y Lasierra tenía un concepto ilustrado de reunión de saberes, enciclopédico, de ahí su interés en mostrar panorámicas con diversidad de perspectivas, de hecho se planteó un enciclopedia sobre América que la muerte le impidió realizar. Dirigiéndose a Valencia a tomar posesión del Arzobispado tras ser designado titular de tan importante sede, en 1813, murió de pulmonía en el camino. Este manuscrito es muy posible sea copia oficial para el propio Floridablanca y acabaría por el en la Secretaría de Gracia y Justicia de Indias o el propio autor quiso que pasara a la Secretaría, al ser obra tan noticiosa sobre Puerto Rico.