El proceso de Antonio Pérez

IX/436:

Pérez, Antonio (1540-1611) Secretario de Estado Las obras y relaciones de Antonio Perez, Secretario de Estado... En Ginevra: por Samuel de Tournes, 1676

Las anotaciones que hace Joaquín Ibáñez en sus libros resultan muy interesantes para la historia del ejemplar: referencias bibliográficas, el precio del libro, datos sobre el autor, la obra o la edición, etc. Probablemente tenía licencia para leer libros porque entre ellos encontramos obras prohibidas y otras que debían haber sido expurgadas pero que se han conservado sin intervenciones. En este ejemplar de las obras de Antonio Pérez, varias de cuyas obras estaban prohibidas, anota: «Entre los protocolos antiguos del Supremo Consejo de Aragon en Madrid que existen en la secretaria de camara de d. Juan de Peñuelas se encuentra el proceso original de Antonio Perez. D. Thomas Barrachina me dixo que buscando otros papeles antiguos en dicha oficina le vino dicho proceso a las manos».

No es de extrañar que este proceso interesara a Ibáñez puesto que dio motivo a fuertes revueltas en Aragón. Aquí la Inquisición se vio envuelta en un proceso que poco o nada tenía que ver con la fe católica. Antonio Pérez, célebre Secretario de Estado de Felipe II, perdió el favor del rey debido a que se le consideró culpable de revelación de secretos de estado así como del asesinato de Escobedo, el secretario personal de Juan de Austria, una intriga que habría sido dispuesta por el propio Felipe II. La Inquisición intervino como último recurso cuando Antonio Pérez buscó refugio en Aragón acogiéndose al privilegio de manifestación, un recurso de amparo por parte del Justicia de Aragón vigente durante la celebración del proceso que evitaba el apresamiento y la ejecución ordenados por el Rey. Únicamente el Tribunal de la Inquisición tenía jurisdicción en todo el territorio y a su autoridad se recurrió apelando a ciertas declaraciones del secretario interpretadas interesadamente y a la posibilidad de que se fugara a Bearn, donde se reuniría con los herejes. Lograría huir a Francia, de donde nunca regresó. La Inquisición revocó la sentencia de herejía en 1615, tres años después de su muerte, si bien sus obras condenadas continuaron estándolo.